Rotundo éxito de Carmen Solís en Manon Lescaut y La vida breve
28 de febrero de 2024
Tras las primeras funciones de Manon Lescaut, los días 21, 23 y 25 de febrero en Sabadell, la prensa se ha hecho eco del gran trabajo de la soprano Carmen Solís. Así, en medios como Scherzo se puede leer que: "...desde las primeras frases del canto más conversacional del primer acto quedó bien claro que es una soprano de raza, spinto plena, capaz de modular su amplio instrumento desde un volumen bien controlado hasta unos apianados de exquisita factura. [...] Voz de mórbido centro, sensual grave y firme agudo dominó el personaje mediante un fraseo que alcanzó su clímax en su conmovedora frase final “Le mie colpe travolgerà l´oblio ma l´amor mio… non muor.”
Igualmente, La Vanguardia ha recogido en sus páginas la solvencia y buen hacer de Carmen Solís: "Debutó rol titular la soprano extremeña Carmen Solís con un canto de gran factura, elegancia en el fraseo, fina emisión y una proyección siempre presente de sonoridades tímbricas nacaradas. [...], la extremeña demostró madurez vocal y adecuación estilística para un rol que crecerá función tras función."
Por otra parte, y con motivo del concierto en el que la soprano extremeña interpretó Salud de La Vida Breve en el Teatro Monumental, diversos medios han destacado su excelente trabajo.
Así, Codalario relata la excelsa labor de Carmen sobre el escenario: "Es Carmen Solís una cantante especialista en roles sufridores -Butterfly, Tosca, Nedda, la Dolores, Reyes (protagonista de Entre Sevilla y Triana), etc.-, por lo que no es de extrañar que el personaje de Salud, que bebe los vientos y muere por el bien acomodado Paco, luciera en su canto, en su lirismo y expresividad, gracias a saber sacar a la superficie lo más profundo de su involucración sentimental, compendio de angustia, dolor, amor esperanzado y muerte abrupta.
El personaje de Salud es duro porque casi no abandona el escenario, y aunque sea en versión concierto, no deja de tener que abordar distintos momentos y romanzas en tesituras cambiantes y con una densa orquestación. Solís pudo salir airosa de estas condiciones de contorno y gestionar todos los dramáticos momentos utilizando sus recursos en el hábil manejo de su técnica de soprano lírica y atendimiento a las dinámicas. Su línea de canto nos gustó, sobre todo, en el pasaje «Vivan los que ríen», que ya goza de vida propia como pieza separata en muchos conciertos."
Asimismo, Ópera Actual escribe: "También a gran nivel estuvo Carmen Solís, que consigue sobre la base de un caudal generoso que la orquesta no tape su canto sin que por ello abra nota alguna; su Salud se mantuvo en perpetua angustia, removida por corrientes subterráneas expuestas por la música que Falla elige para acompañarla. Hubo premonición y tragedia desde el primer momento, y el estilo de canto de Solís, con fraseo cuidado y búsqueda de matices, permitió que esa sensación de desamparo no se quedara en lo sentimental."
Y en Beckmesser podemos leer: "El reparto estaba encabezado por Carmen Solís, que dibujó una Salud entregada, con angustia palpable con y sin su amante y una intensidad que se explica desde la perspectiva de un personaje que vive por, para y desde el amor. De emisión generosa y fraseo bello, supo no caer en el sentimentalismo e imponerse a la orquesta, cuyo sonido al descubierto era bastante voluminoso."
Mientras que la revista Opera World ha destacado lo siguiente: "[...] la soprano Carmen Solís en el rol de la gitanilla Salud. Junto a la mezzosoprano Cristina Faus, ambas, llevaron el peso de obra. Bien empastadas y dotando de colores dramáticos sus intervenciones, las líneas vocales de estas dos cantantes fueron impecables."