La batuta de Guillermo García Calvo eleva Ariadne auf Naxos al éxito
18 de diciembre, 2024
La prensa especializada ha destacado igualmente el magnífico trabajo, en el Teatro de la Maestranza, llevado a cabo por Guillermo García Calvo a la batuta.
Ópera Actual destaca de García Calvo: "La Sinfónica de Sevilla tuvo a un excelente director invitado, Guillermo García Calvo que condujo a profesores y cantantes desde una concertación muy clara, sin emborronar a nadie pero también sin dejar al foso en un segundo plano. Su Strauss fue dramático, seductor, ¿wagneriano? [...] existió, no hay duda de ello, una óptima entente con los músicos de la orquesta."
En el Diario de Sevilla podemos leer: "Otro puntal fundamental fue la dirección de García Calvo, puntillosa y milimétrica en el prólogo, con sonido camerístico y suntuosa y mórbida en la segunda parte, extrayendo de la reducida orquesta un brillo y una expansividad gloriosos. Se nota su amplia experiencia en el foso por la manera de respirar con las voces, de mimarlas y de llevarlas en volandas a los clímax emocionales."
En cuanto al diario ABC, dice del maestro: "García Calvo fue tras los cantantes con cuidado, en una ópera muy complicada de tal seguimiento. En el espectacular final parecía que la orquesta llenaba todo el foso, ofreciendo un final muy espectacular."
Ópera World habla también de la riqueza musical que queda plasmada en su labor con la orquesta: "[...] todo ello dirigido por el maestro Guillermo García Calvo al frente de la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla, que como de costumbre desplegó una riqueza y una fuerza sonora maravillosas. "
El Correo Web resalta la gran técnica de García Calvo: "Es el autor de esa música maravillosa a la que, observamos, Rechi ha prestado toda su admiración, y el prestigioso Guillermo García Calvo su inteligencia y ductilidad para lograr que los treinta y seis maestros y maestras de la Sinfónicahagan relumbrar tan seductora partitura."
Ritmo remarca su gran labor como director musical en este título: "[...] la labor de García Calvo (siempre pendiente de los cantantes) fue en continua progresión, elevando la temperatura de la obra conforme pasaba las hojas de la partitura. Su gran labor directoral (con un trabajo casi de orfebre) eclosionó en la segunda parte, llevando la música hacia una dimensión de inusitada belleza y seductora atmósfera que por obra y gracia de los efectos especiales fabricados por el prestidigitador Strauss, es capaz de convertir una formación de poco más de treinta músicos en una poderosa orquesta sinfónica. Su concertante clímax final fue de una intensidad desgarradora, rebosante de pureza, beldad y grandiosidad. No se la pierdan."
Y Vargas Machuca habla sobre el equilibrio, el fraseo y el carácter melódico de su dirección musical: "Primer triunfador y responsable último de que la vertiente musical funcionara como un engranaje, Guillermo García Calvo. [...] destacaría el formidable equilibrio de planos que obtuvo de la Sinfónica de Sevilla –sedosa y redonda, en absoluto volcada a la brillantez– y el carácter particularmente curvilíneo, melódico y sensual del fraseo. El trabajo con los cantantes, por lo demás, quedaba muy claro."