Emiliano Suárez triunfa en su visión del Don Pasquale en ABAO
23 de octubre de 2024
Tras el estreno el pasado 19 de octubre de la producción de Don Pasquale en ABAO, la prensa ha destacado el excelente trabajo realizado por el director de escena Emiliano Suárez y su equipo. Así, la revista Ópera Actual destaca: "La nueva producción que firma Emiliano Suárez para ABAO Bilbao Opera se aleja de la commedia dell’arte y de los tradicionales estereotipos para actualizar esta obra, trayéndola a una actualidad atemporal. La puesta en escena resultó bien planteada, situando la acción en un pequeño negocio familiar de hostelería, con Don Pasquale como dueño de una pizzería, Malatesta como una especie de gerente, y Ernesto y Norina como empleados. La trama no se resintió en absoluto con este enfoque, bien ejecutado [...] la propuesta de Suárez destacó por su frescura y sus aires cinematográficos"
Platea Magazine habla sobre su trabajo de dirección: "La propuesta escénica de Emiliano Suárez traslada la acción a una pizzería de la que Don Pasquale resulta ser el avaro propietario. Su sobrino Ernesto es un camarero algo apocado y Norina se nos presenta como una friegaplatos que vive sus fantasías a través del postureo de las redes sociales, rematado el cuarteto por Malatesta, un caradura de medio pelo. En la práctica, el libreto se sigue con fidelidad y la acción y su enredo trascurren de manera bastante convencional, con atinados detalles de dirección de actores aquí y allá, intentando sacar punta al relieve más sarcástico de la pieza."
Mientras que El Correo resalta la novedosa visión de este título por parte de Emiliano: "Bienvenido sea el montaje de Emiliano Suárez, que traslada la acción a una pizzería del sur de Italia, con una ambientación contemporánea y chic, arropada por la escenografía de Alfons Flores (un habitual de Àlex Ollé y Calixto Bieito) y la iluminación de David Picazo." Por su parte, la revista Scherzo añade específicamente sobre el trabajo de Emiliano lo siguiente: "Todo ello es determinante para entender el punto de partida de la puesta en escena de Emiliano Suárez, ambientada en una pizzería napolitana de nuestro tiempo (que en cada giro mostraba una visión diferente de mano del escenógrafo Alfons Flores) y diferente en la medida en que trata a Don Pasquale con la dignidad que merece el personaje: en la actualidad puede darse que, efectivamente, una persona que ronda los setenta se conserve “ágil y con buen aspecto”, como dice verse a sí mismo. Y el Don Pasquale que se nos presenta aquí, dueño de esa pizzería que lleva su nombre, es una persona dispuesta a que la vejez se convierta para él en algo interesante. La burla y el enredo, en lugar de ridiculizar al personaje, sirven para desdramatizar la situación [...] un estilo vivaz, un realismo más amable, luminoso y coherente con lo que la obra que tiene que contar".